He de admitir que es un título redondo para un libro, y por ello felicito al autor italiano que se lo escogió para su novela. Me permite introducir el tema de la soledad. Como simil diría que la soledad buscada es la de los números primos, la que necesitamos para interiorizar, para escucharnos, para cuestionarnos nuestro lugar en el mundo y la dirección de nuestra vida. La soledad impuesta sería pues la de los números pares, esa que abunda en las sociedades modernas y una verdadera fuente de tristeza para muchos.
¿Por qué?
La gente se siente aislada e incomunicada a pesar de que haya miles o millones de personas a su alrededor porque no existe el sentimiento de pertenencia a una comunidad ni la conexión con las personas. Es una muchedumbre anónima que se mueve alrededor pero con la que apenas interactuamos.
Cada vez más, la gente se refugia en Internet y las relaciones virtuales, esas que permiten disfrazar nuestra identidad, nuestros miedos y deseos más profundos quedándonos en los contactos más superficiales que exigen poco esfuerzo y apertura personal. Esto no hace sino agravar el problema de la soledad.
¿Cómo superar la soledad?