En un mundo tan repleto de información, tecnología, tareas que cumplir y distracciones, nos está resultando cada vez más complicado poder gestionar nuestra atención, y como consecuencia nuestra mente y nuestra vida. Es como si lo externo nos absorbiera sin que podamos ejercer el control que nos gustaría. Es como una ola continua que nos arrastra y nos produce un estrés incontrolado que a menudo termina desembocando en ansiedad, depresión y angustia.
En el trabajo nos pasamos el día saltando de una tarea a otra, combinando el multi-tasking para ir más rápido aunque está demostrado que no funciona, corriendo de una reunión al ordenador para poder terminar lo que se va acumulando… y cuando llegamos a casa seguimos mirando y contestando los emails que entran después del horario laboral, enganchados en las redes sociales, surfeando Internet captando un montón de información irrelevante, mandando WhatsApps a amigos y grupos… En definitiva, estamos continuamente conectados con la tecnología, focalizados hacia lo externo, estresados sin permitirnos tomarnos pausas y cambiar del piloto automático a ser conscientes de lo que hacemos, para qué lo hacemos, lo que pensamos y lo que sentimos. Es como si fuéramos personajes de nuestra vida corriendo sin dirección pero cada vez más rápido, como los hámsters en la rueda.
El primer paso del cambio siempre está en la consciencia. Y después en aplicar el Mindfulness a la vida diaria –además de llevar a cabo unos minutos de meditación formal (para más información leer mi libro MINDFULNESS)–, ejercitarlo siendo consciente durante los diferentes momentos del día: cuando caminamos por los pasillos de la oficina, cuando comemos, cuando estamos realizando un informe, cuando hablamos con un cliente, cuando estamos con nuestros hijos, cuando conducimos de vuelta a casa, cuando abrimos un libro…
Por último os dejo un sencillo ejercicio de Mindfulness que os puede resultar útil y fácil de aplicar diariamente. Se llama RAIN (siglas en inglés), para no dejarnos arrastrar por los estadios emocionales ni las situaciones difíciles:
R: Reconocer. Reconoce lo que está sucediendo, simplemente percibiéndolo con calma y aceptándolo.
A: Aceptar. Permite que la vida sea tal como es, sin intentar cambiarla de inmediato y sin desear que fuera diferente de alguna manera.
I: Investigar. Observa cómo te sientes, ya sea molesto o alegre, con placer o dolor, solo percíbelo.
N: No-Identificación. Date cuenta de que las sensaciones que sientes son todas efímeras y fugaces, que pronto pasarán. No te identifiques con ellas.