Son muchos años ya los que llevo viniendo a la India, en particular a las faldas del pre- Himalaya, al pueblo de Dharamsala, a recibir enseñanzas de grandes Lamas y maestros tibetanos, y de ese gran ser que es SS el Dalai Lama. Un año más aquí me encuentro, rodeada de nubes que suben hacia las más altas cumbres del Planeta y que nos envuelven en un abrazo sutil.
Quizás esta atmósfera contribuya a hacerme sentir que estoy de algún modo en un mundo paralelo. Un mundo en el que el cultivo del amor, el altruismo y la compasión son mucho más importantes que la competitividad, la envidia y la ira. Un mundo en el que el Dalai Lama nos recuerda que en nuestra sociedad estamos apegados a lo que nos produce placer sensorial y que nos aferramos a las distracciones continuamente. Hoy nos decía que perdemos tanto tiempo con tareas triviales que después nos queda muy poco para dedicarlo a nuestro progreso espiritual, que en realidad es la única fuente de felicidad estable. Cuanta verdad hay en esas palabras.
Trabajemos más en lo que de verdad importa, que somos nosotros mismos, estudiemos los libros y enseñanzas que otros seres nos han dejado como legado, reflexionemos y analicemos esas enseñanzas para poder integrarlas, llevemos a cabo acciones virtuosas gracias a una motivación positiva y encontraremos la única felicidad satisfactoria, la que aparece con la sabiduría.
3 replies to "Aprendiendo de SS el Dalai Lama"
Apreciado texto,Mónica,en el demuestras lo que desearíamos muchas personas,una sociedad con valores humanos tangibles en la comprensión,respeto,escuchar nuestra alma,sentirla y dirigirla camino al amor,sin necesidad de lo artificial en nuestras vidas y obtener placeres vacíos de felicidad,un gran saludo.
Gracias,Mónica por compartir tu experiencia cultivadora de nuestra Alma,inmortal y única,pide por que todos lleguemos a descubrir nuestro verdadero fin y sigas iluminándote,para reflejarnos con tu luz.
Desde que empecé a meditar gracias a tus consejos y beneficio de este habito, he mejorado mucho mi humor que antes era ambivalente y enojon. Ahora soy mas flexible y tomo las cosas con mas serenidad y estoy mas consciente de lo que ocurre a mi alrededor. Gracias por contarnos de tu sabiduría y experiencias Mónica!