El otro día hablaba de cómo la educación recibida por los jóvenes no les prepara para entrar en el mercado laboral ni adaptarse a las circunstancias bien movidas actuales, ni tampoco para la vida y sus retos. Es por ello que creo necesario escribir unas palabras sobre la educación y lo que en mi humilde opinión, deberíamos cambiar.

Tenemos que modernizar el sistema español para promover la curiosidad intelectual, la capacidad reflexiva y analítica del alumno y la reflexión. Y además hay que dar mucha más importancia a asignaturas que hoy en día no la tienen (ni la tenían cuando nosotros estudiábamos tampoco, las solíamos llamar las marías). Es decir, las materias artísticas, plásticas y el ejercicio físico. Hay que potenciar el desarrollo del ser humano en su conjunto, no fabricar chicos que repiten como papagayos lo que se les enseña a memorizar y que no están preparados para la vida de verdad ni las enseñamos cómo ser felices, que es al fin y al cabo a lo que todos aspiramos.

Es importante que incluyamos alguna clase de gestión de las emociones y de relajación. Los niños han de aprender a identificar sus emociones, saber motivarse, promover el espíritu de colaboración, fomentar sus emociones positivas, aprender a relajarse para no sufrir de estrés y ansiedad, y ser capaces de aumentar su concentración.

Y por último, todo esto sin olvidar una educación en valores —que por supuesto ha de crecer en las familias—, y ser extendida en los colegios, si no queremos crear monstruitos y perpetuar una sociedad egoísta que cree que esto es una jungla donde sólo sobrevive el más fuerte y el más manipulador.

    2 replies to "Los cambios necesarios en la educación"

    • Carlos.

      Buenos días Mónica,

      ¡Qué interesante todo esto que comentas y cuan mejor iría el mundo si se llevara a cabo, jeje!

      Efectivamente, no se educa para la felicidad global del ser humano, sino sencillamente para que éste venda su vida a un sistema carente de sentido.

      Toda persona tiene potencialmente algo grande que aportar a la humanidad, de lo contrario no estaría aquí, en este plano terrenal.

      Se necesita de la participación sabia de todos para construir una era más humilde y compasiva. Por consiguiente, el maestro debería ser un fino y tierno investigador de las potencialidades que atesoran sus alumnos, así como un genuino enamorado de la belleza humana.

      Una nueva civilización más pacífica ha de pasar necesariamente por la paz en el corazón de uno mismo, de allí la necesidad de trabajar el sentido de la vida y como bien dices Mónica, ese conjunto de técnicas para gestionarse uno mismo de modo más maduro.

      Poner al servicio de la raza humana las fotalezas de uno mismo constituye probablemente una de las tareas con más sentido de las que pueda llevar a cabo un ser humano, pero ello requiere autoconocimiento y descubrir nuestra verdadera naturaleza espiritual.

      En los breves años en los que estuve ejerciendo de maestro de infantil, me percataté de la absoluta necesidad de cambio y de la importancia de su magnitud a todos los niveles.

      Recuerdo que cuando hacía juegos de inteligencia emocional o dinámicas de espíritu crítico, los alumnos se volvian casi locos del disfrute que les generaban… jeje, qué majos eran esos críos. Realmente creo que si les encantaban estas actividades es porque les hacían crecer, eran desafíos constantes pero a mi entender constructivos.

      Por otro lado, sería muy acertado enseñar la ecología explícitamente (más allá del mero reciclaje) , ya que toda acción hecha en pro de mimar el hogar de la humanidad es un acto de amor hacia ella.

      Consumo responsable, toma de conciencia de la extraordinaria sabiduría y belleza de la naturaleza, gratitud sincera por todo lo que ella nos brinda con gran amor incondicional y comunión con el cosmos, son aspectos que deberían enseñarse con ilusión y calidez en las aulas.

      En educación es común debatir sobre “cómo” enseñar pero a mi parecer, es un tabú tocar el “qué” enseñar y precisamente éste es el tema que ha de tratarse si se quiere empoderar a las nuevas generaciones. Uno debería preguntarse: ¿Qué tipo de ciudadano necesita la humanidad para embellecerse y así renacer?

      En este sentido, a mi parecer hay un gran ausente en los currículos: la educación en valores éticos. Gracias a una enseñanza rigurosa de esta cuestión que eleve la veracidad al rango de imperativo moral, la humanidad podría alcanzar la fraternidad universal y la tierra sería como un solo país, sin prejuicios absurdos que limitasen nuestra toma de conciencia de la grandeza y el potencial de amor que anida en lo más hondo de cada uno de nosotros.

      ¡Os deseo a todos un muy feliz día!

      Carlos.

      • mesgueva

        Muy interesantes tus comentarios Carlos, gracias!
        Desde luego estamos en un momento crítico en la historia de la humanidad que requiere cambios en todas las áreas, y el de la educación es fundamental pq es momento de apoyar a los pequeños a que se les permita expandirse según sus talentos y convertirse en los líderes de un futuro más justo, más humano y más espiritual. Se acabó la educastración…. a ver si de verdad esta nueva filosofía se va instaurando y reemplazando los modelos arcaicos de educaión de regimiento…

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