En las sociedades de exceso de actividad en las que vivimos y donde la individualidad extrema es un valor en alza, resulta muy difícil desarrollar la compasión. La falta de atención, deliberada o inconsciente, diluye la empatía humana. Estamos tan preocupados con nosotros mismos, que ni siquiera nos fijamos en las necesidades ajenas.

En la Universidad de Prinnceton (EEUU) hicieron un experimento. Un grupo de seminaristas tenía que dar un corto sermón sobre la compasión ante un tribunal. La mitad debía hacerlo sobre un tema bíblico cualquiera y la otra mitad sobre la parábola del buen samaritano (el hombre que ayuda a otro necesitado ante la indiferencia de los demás). Todos estaban reunidos en una sala para escribir dicho sermón. Luego, uno por uno, iban saliendo hacia el edificio cercano donde daban dicho sermón. En el camino habían preparado a una persona en el suelo que gemía y se quejaba aparentando sufrimiento. De los 40 que pasaron delante, solo 16 se pararon para ofrecerle asistencia. Y se comprobó que no pararon más aquellos que trabajan el texto del buen samaritano, quizás porque la empatía no es un ejercicio intelectual. Y desde luego aquellos que iban justos de tiempo no se pararon, confirmando como cuando nos sentimos demasiado ocupados los demás nos importan poco, lo urgente es prioritario.

    3 replies to "La empatía"

    • Jenaro

      Estoy leyendo el libro «Los 7 hábitos de la gente áltamente efectiva» de Stephen R. Covey y precisamente habla de la importancia de saber escuchar como paso previo a la empatía y comprensión con mayúsculas. Nos pasamos años aprendiendo a leer, a escribir a hablar pero nadie nos ha enseñado a escuchar. Libro recomendable.

      • mesgueva

        Sí Jenaro, es un buen libro y es verdad que no escuchamos en absoluto… y así cómo vamos a aprender ni a crear empatía??
        @Rubén, la empatía aún no está nada extendida en la raza humana, por lo que sí hay que hablar de ella y fomentarla, si no las cosas serían de otro modo en esta tierra… Nos queda mucho camino por recorrer…
        Y claro que uno tiene concentrarse en su ámbito y en la medida de lo que pueda hacer, pero siempre podemos hacer más de lo que nos gusta creer!!
        Gracias por vuestra participación.
        Mónica

    • RUBEN

      La verdadera cuestion de fondo-desde mi punto de vista- no es si hay qser empatico o no con el semejante, eso es evidente o deberia serlo, la verdadera pregunta seria; cuales son los limites de la empatia?…es decir, hasta donde debemos llegar en nuestro afan por ayudar?
      No podemos llegar a todos-seria tarea baladi- ni por contra, caer en la indiferencia.
      En mi humilde opinion, debemos contribuir en la medida de nuestras posibilidades, en las pequeñas miserias que se nos presentan cotidianamente.

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