Los pilares del Coaching

La semana pasada me invitaron a abrir el III Congreso de Coaching de Castilla y León, en Valladolid. Todo un honor para mí. Allí hablé de cómo considero que de alguna manera las raíces del coaching están en la psicología humanista, que fue la corriente pionera en occidente en creer que las personas tienen valores positivos, libre albedrío y una profunda creatividad inherente, y que la combinación de estas características son las que nos permiten poder escoger un camino de desarrollo personal que nos puede conducir a la plenitud. Abraham Maslow, el padre de la psicología humanista, decía que si planificas convertirte en menos de lo que tus capacidades denotan muy probablemente serás infeliz. Es lo que él llamaba la auto-actualización, materializar todo tu potencial. Es decir, convertirte en la mejor versión de ti mismo. Esta es sin duda la base del coaching.

En mi experiencia como Coach, a lo que me dedico profesionalmente desde el 2008, me ha ayudado mucho mantener claros ciertos pilares para poder ayudar más a las personas que vienen a verme y que quizás os pueda resonar:

1. Ayudar al cliente a desarrollar el máximo de su potencial
2. Apoyarle de manera incondicional y creer en él aún cuando su fe en si mismo tambalee
3. Crear un entorno positivo para ayudarle a superar los obstaculos que van surgiendo y que pueda desarrollar todo su potencial
4. Enfatizar sus fortalezas y realzar sus habilidades
5. Entrenar su mente para poder realizar los cambios cognitivos necesarios, ya que el exterior es un reflejo del interior
6. Acompañarle y guiarle a su ritmo, a medida que él pueda tomar consciencia de las cosas e ir integrando los cambios, sin forzar el progreso en ningún momento
7. Examinar sus creencias y las expectativas, ya que son la clave de la interpretación de sus circunstancias vitales y lo que hará que se perpetue su pasado o puedan liberarse de él para crear un futuro más brillante

He de confesar que cada vez que salgo de mi consulta, tras haber estado acompañando, apoyando y guiando a las personas a romper los cascarones que las constriñen y que puedan empezar a extender sus alas para despegar y volar, me siento la persona más afortunada del mundo.