Hoy más que nunca debemos tomar conciencia sobre dónde ponemos nuestra energía, nuestro dinero, nuestro esfuerzo… ya que todo eso cuenta.
De hecho, en estos momentos, absolutamente todo lo que hacemos cuenta mucho porque va a determinar nuestro futuro. Por eso en este episodio doy algunos ejemplos prácticos para que podáis reflexionar al respecto.
- Cómo la hipoteca de una vivienda nos ata al sistema a través de los intereses sin que nos demos cuenta.
- Cómo las deudas nos esclavizan.
- Cómo nuestros hábitos de consumo esconden problemas emocionales no enfrentados.
- Cómo nos quemamos por la sobreestimulación…
También veremos las maneras de salir de esta rueda en la que nos quedamos atrapados si no ponemos consciencia.
Liberarse de las garras del materialismo
Creo que es importante analizar cómo damos fuerza a las fuerzas externas de la Matrix y no a nuestro Yo Superior. Es importante darse cuenta de que dónde ponemos nuestra energía, nuestro dinero, nuestro esfuerzo, CUENTA.
De hecho, en estos momentos, absolutamente todo lo que hacemos cuenta mucho porque va a determinar nuestro futuro.
Voy a dar unos cuantos ejemplos para que podáis reflexionar al respecto.
Todo el mundo quiere tener en posesión una casa. Sin embargo, el hacerlo pone a casi todos en una situación de deuda de por vida, hasta muy mayores, pues se necesitan en general varias décadas para terminar de pagar toda la deuda, debido a la tasa de interés de los préstamos e hipotecas. Eso hace que se termine pagando 2 o 3 veces el importe de la vivienda al final. ¿De verdad que merece la pena? ¿Nos vamos a beneficiar tanto de esa posesión cuando te endeudas de por vida para conseguirlo, a menudo atrapado en un trabajo que no te gusta nada?
Algo parecido pasa con el coche. La casa se suele apreciar con el tiempo, pero el coche ademas se deprecia y bastante rápidamente. Nunca podrás venderlo al precio q lo compraste, ni parecido. Y comprándolo a plazos —de nuevo debido a la tasa de interés del préstamo— terminas pagando el doble.
De hecho, todo lo que compras con crédito te encadena a trabajar más y más, te obliga a trabajar sin respiro, te engancha al sistema de endeudamiento. Es el vehículo por el cual la élite se enriquece, a nuestra costa, claro.
Es más, miremos por ejemplo con un poco más de detenimiento lo de las hipotecas. La mayoría que compra una casa, debido a la tasa de interés que estás obligado a abonar, en realidad no posee la vivienda. De hecho, si no eres dueño de más del 51%, estás en minoría en la transacción. El banco está en mayoría y por lo tanto, es él quien podrá tomar decisiones finales sobre tu hogar.
¿Porque las casas se aprecian tanto? Desde luego no para beneficiar a las personas de a pie que casi no se las pueden permitir. El que la mayoría no pueda permitirse comprar una sin endeudarse, es lo que les asegura que sigamos enganchados al sistema de producción, que sigamos jugando este juego del que solo se beneficia la élite.
Y todo esto se aplica a todos los campos. Por eso debemos repensar la manera en la que consumimos….
¿Por qué la mayoría ni se lo plantea? Porque está demasiado ocupada trabajando para pagar las deudas…
Debemos repensar nuestra vida, replantarnos las cosas, desde cómo nos alimentamos a cómo consumimos… y también reflexionar sobre porqué nos hemos creado necesidades tan absurdas…
¿De verdad necesitamos 3 televisiones en casa? ¿Por qué acumulamos aparatos que no utilizamos? ¿Por qué compramos tanto de lo que no nos servimos? ¿Necesitamos tantas cosas o en realidad lo usamos como sustitutos de problemas emocionales a los que preferimos NO enfrentarnos?
Me gustaría sugerir que a menudo esos problemas emocionales subyacen a nuestros hábitos de consumo (y también de alimentación). Las personas compran productos que les hacen sentir bien, que les hacen sentir válidos, que les distraen de la realidad de su vida —de aquello que les incomoda y que prefieren soslayar en lugar de mirarlo de frente. Esos son los problemas a los que hay q enfrentarse y resolver para hacerse más consciente, en lugar de buscar vías de escape.
Las cosas son objetos y las emociones son algo diferente. Es decir, las cosas no han de ser empleadas para modular nuestros estados emocionales porque simplemente no funciona. Mucho cuidado con lo que hacemos. Si necesitas comprar algo como muleta para sentirte mejor, debes meditar. Podemos cambiar y mejorar nuestro bienestar emocional sin ninguna necesidad de muletas.
Recordemos y démonos cuenta que nuestros hábitos de consumo son los que nos encadenan, y debemos ser honestos con nosotros mismos y reconocerlo.
Cuanto más ganas, más gastas. Y cuanto más gastas, más te enganchas al sistema. Es así como está diseñado, para que no te puedas salir de la Matrix. Es así como somos dominados, a través de la economía (a demás de otras maneras) pero digamos que es la base de nuestra esclavización.
Si continuas metiéndote en más deuda y vas gastando más para aliviar tu frustración y baja autoestima, vas a endeudarte hasta las cejas, y así te vas metiendo más y más en la rueda del hámster en la que pedaleas cada vez más rápido, hasta la muerte si hace falta, pero sin tener ninguna dirección ni sentido.
Por lo tanto, solo minimizando nuestras necesidades y siendo más minimalistas podemos permitirnos tener el espacio para respirar y dedicarnos a nuestro desarrollo espiritual.
Si solo nos dedicamos a trabajar y producir para poder pagar mas cosas, para poder adquirir más, nos convertimos en autómatas que van por la vida sonámbulos, sin pararse a reflexionar, a elegir y a caminar por un camino que nos lleve a aprender y desarrollarnos, y en última instancia, a despertar de este sueño colectivo en el que estamos inmersos y nos creemos a pies juntillas.
Solo dejando atrás el materialismo y la obsesión con lo material es como podemos acercarnos más a la espiritualidad, y eso se va a ir acentuando en los próximos años de transición antes del Evento.
Este marcado interés que tienen los seres humanos hacia todo estímulo que proviene de los sentidos y la falta de interés hacia lo que no se puede ver, tocar, escuchar, saborear o apreciar con los cinco sentidos, esa atracción apremiante hacia los sentidos físicos es lo que provoca que los estímulos terminen sobrepasándonos y abrumándonos.
Obviamente este mecanismo es harto conocido por la Matrix. Por ejemplo los programas de TV juegan con ello, buscando estimularnos emocionalmente, igual con internet y todo lo que conlleva aparatos electrónicos o digitales, de tal manera que hoy en día mucha gente ya ni sabe relacionarse de forma positiva con el resto del mundo no-digital.
De hecho, mucha gente no puede ni pasar unas pocas horas sin mirar el móvil o interactuar a través de él. Sin el móvil sufren un verdadero síndrome de abstinencia.
La estimulación se persigue en todos los ámbitos: en la comida cada vez con sabores mas pronunciados, los anuncios cada vez mas llamativos, la sexualidad cada vez mas pervertida, bebidas que puedan alterar nuestra mente más, drogas cada vez mas excitantes, información cada vez mas catastrófica…
Estamos inmersos en una sobrecarga y saturación sensorial. Estamos enganchados al mundo físico en exceso, por eso tanta gente se siente sobrepasada, extenuada, quemada, estresada, angustiada.
Y si además eres una persona sensible, todo esto se multiplica por diez, porque las personas sensibles tienen tendencia a quedarse mucho mas afectadas por la cantidad de negatividad existente en este planeta.
Por favor, recordad que estamos en el mundo físico para crear, no para ser controlados, manipulados y modificados por el mundo físico.
Y necesitamos desconectar, tomar distancia, estar en silencio, contemplar, salir a la naturaleza, abrazarnos, soñar…
Necesitamos CALMA para poder equilibrarnos en este mundo actual que pugna por nuestra atención y pretende sacarnos de nuestro centro continuamente. No podemos esperar a que sea la sociedad, las autoridades o la élite quienes busquen nuestro beneficio, nuestro bienestar y nuestra elevación de conciencia… Como estamos viendo, sus planes y acciones están dirigidas exactamente hacia lo contrario…
Somos nosotros los que tenemos que darnos cuenta y realizar los cambios necesarios par a vivir con paz interior y armonía.
Nuestro verdadero poder aparece cuando estamos en paz. De otro modo, la conexión con la esencia se diluye, se olvida, se entierra, y a partir de ahi nos salimos del camino y nos perdemos.
Es primordial tomar tiempo para descansar, vivir una vida más relajada, y desconectar del mundo físico. Sino la ansiedad, la angustia, la preocupación y el ansia nos atrapan, y terminamos enfermando física y mentalmente, malgastando nuestro tiempo y energía, y perdiendo esta preciada oportunidad que tenemos en esta encarnación para subir de nivel de conciencia desarrollando nuestro interior.
Sólo desde la calma y el equilibrio podemos aportar a los demás.
Sólo desde el amor se disuelve la negatividad.
Sólo desde la consciencia nos podemos liberar de los impulsos perniciosos.
Sólo desde el silencio podemos desprogramar el ego e incrementar nuestra vibración.