Nos guste o no, nosotros creamos nuestra propia vida, todos y cada uno de nosotros, sin importar el nivel de conciencia que tengamos. Si alimentas pensamientos negativos, tu vida será miserable. Si alimentas pensamientos positivos y alegres, tu vida estará llena de alegrías. Así de simple.

Es por eso que aconsejo tanto que cada uno haga el trabajo sobre la Sombra, porque los bloqueos debidos a traumas pasados y el control mental que hemos sufrido desde pequeños son los que se interponen en el camino de que puedas tener una buena vida. Si no curamos nuestras heridas y cargamos con lastres pasados todavía en estos momentos, estaremos saboteando nuestra vida.

En el universo nada ocurre por error o por casualidad, el universo es deliberado. La vida no es aleatoria y no existe la suerte. Sólo creación, causas y consecuencias.

Que no sepamos qué es lo que ha causado nuestras circunstancias actuales, no significa que no existan dichas causas.

Por lo tanto, es una cuestión de aprender a usar tu mente deliberadamente, conscientemente en lugar de inconscientemente.

Dejemos de culpar a los demás porque somos responsables de nuestras propias creaciones, nos demos cuenta de ello o no. Siéntate y reflexiona sobre las ocasiones en las que obtuviste lo que querías: Te conectaste con la persona que más quieres, querías ver un concierto de tu grupo favorito y aparecieron en tu ciudad, soñabas con unas vacaciones en Italia y dos años después fuiste…

Como seres divinos tenemos ese poder creador, aunque nos veamos insignificantes en este mundo. Esta capacidad es bien aprovechada por las élites que sí lo saben. A través del miedo y la amenaza la mayoría de la población crea una poderosa energía negativa que consigue materializar aquello que tanto teme. Sé consciente y no entres en esa dinámica.

Recuerda que aquello en lo que pones tu energía y tu foco es lo que expandes en tu vida y terminas creando. Así que asegúrate de qué es lo que quieres para ti y para los demás.

Es curioso como las personas estamos tan terciadas por nuestras propias creencias, expectativas y emociones. Teniendo esto en cuenta, trata de no contestar inmediatamente cuando recibas un mensaje que te altera o en una conversación que te irrita o te enfada. Espera hasta que te calmes y después vuelve a leer el mensaje o a hablar con el individuo en cuestión. Las personas tienen audición selectiva cuando sus mecanismos de defensa se activan. Sólo oyen lo que quieren oír.

Tu mente crea tu experiencia. Si piensas que el mundo es un lugar peligroso, nunca te sentirás seguro. Si piensas que se avecinan catástrofes, vivirás en un continuo estado de alarma. Si piensas que todo va a peor, así será en tu vida. Es decir, tus emociones simplemente reflejan tus pensamientos y viceversa, tus pensamientos influyen totalmente en tus sentimientos. Obtén el control de tu mente y no permitas que arruine tu experiencia vital. Ponte al mando de tu mente, no dejes que sea ella la que te arrastre por el lodo. Deja de reaccionar frente a lo externo y comienza a controlar tu diálogo interno.

Las víctimas siempre están en la queja: «¡Nada es justo!» Por supuesto que lo que sucede en la Tierra no es justo. Estamos en un planeta de libre albedrío. Cada uno es responsable de sus propias elecciones y los efectos de las mismas. Si quieres que te traten bien, tienes una mente cualificada para lograrlo. Supera la mentalidad de víctima porque simplemente se interpone en tu camino, haciéndote todo extremadamente complicado cuando no tiene porque serlo.

La responsabilidad es el camino hacia la libertad y el poder utilizar la mente de manera compasiva y constructiva.

«¡No me culpes!» suele la expresión de alguien que ha sido muy victimizado a lo largo de su vida. Se puede detectar a una víctima por su forma de hablar. Siempre se están defendiendo, y obviamente desde ahí no obtienes más que sufrimiento.

Hay que tener mucho cuidado porque las personas con mentalidad de víctima son muy manipulables. El Sistema adora a las víctimas y busca hacernos sentir víctimas a todos, porque desde ahí no tienes poder alguno y eres fácil de someter.

Cada vez hay más personas que me preguntan cómo se puede ir dejando atrás las restricciones de la 3ª Dimensión y prepararse para subir a 5ª Dimensión. La única manera es creando experiencias de quinta dimensión para ti mismo. ¿Cómo lo haces? Conéctate con tu alma porque tu alma es de 5ª Dimensión o superior, y está en la conciencia de la unidad.

¿Cómo te conectas con tu alma? Trabaja en tu Sombra, yo ya he puesto videos en esta serie sobre el tema, lo trato en mi curso de Más Allá del Mindfulness que puedes hacer entrando en mi página web y hasta he escrito un eBook gratis si quieres.

¿Por qué es tan necesario este trabajo con la Sombra? Porque al examinar tu personaje, te conviertes en el examinador, no en el personaje.

Cuando piensas: «¿Por qué acabo de hacer eso?», ya no eres el que realizó el acto, te conviertes en el que observa dicho acto. Es una forma sencilla de conectarte con tu alma. Simple pero no fácil, ya que claramente la mayoría no lo hace.

Y el otro consejo bien directo que puedo ofrecerte es que perdones si no deseas quedarte atrapado en una experiencia 3ª Dimensión, y seguir repitiendo curso en Samsara, que llaman los budistas.

Aprende a perdonar. Al hacerlo creas la oportunidad de elevarte en vibración. Aprende a tener compasión por el que consideras tu enemigo. Hacia cualquier persona que no puedas soportar, aprende a tener compasión por ella. Si es tu ex, es tu ex. Si es un viejo profesor que te avergonzó en clase, trata de entender qué les llevó a ser tan desagradables. Y después, suéltalo. Seguirlo repitiendo en tu cabeza solo continua envenenándote.

Nadie es víctima de nadie. Todos hemos elegido nuestras experiencias, sea a nivel consciente o a nivel del alma. Estamos aquí para aprender de ellas, superarlas y seguir subiendo escalones en nuestro nivel de conciencia. Desde la mentalidad de víctima te quedas encadenado. No obstante, en cualquier instante, puedes decidir que ya has tenido suficiente y que prefieres vivir desde la libertad, el agradecimiento y la alegría. Y eso puede comenzar hoy mismo.

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