Ayer vi una película que me tocó, me hizo reflexionar y me inspira a escribir este post hoy. Su título en español: Destino Oculto (The adjustment bureau), más enigmático en inglés.
Me hizo pensar en la estupenda Matrix. Acción y suspense a raudales, como les gusta en esa máquina de buscar beneficios financieros llamada Hollywood, pero con un trasfondo profundo y enriquecedor para los pocos que decidan reflexionar y cuestionarse.
Muchas preguntas salen al encuentro: ¿Qué es el destino? ¿Cuántas de las cosas que nos ocurren y de las personas que conocemos se deben al azar y cuántas tienen algún sentido más allá? ¿Cuántos detalles aparentemente superfluos se escapan de nuestro entendimiento y percepción y forman parte de un Plan más grande? ¿Qué podemos hacer para cambiar los trazados principales de nuestro destino? ¿Estamos obligados a caminar en la inconsciencia, abocados a recorrer los caminos trillados y a hacer lo que se supone que otros esperan de nosotros? ¿Cómo cambia nuestra vida con cada decisión que tomamos? ¿Cómo podemos utilizar nuestra libertad para hacer algo grande y útil con nuestras vidas? ¿Qué hay más allá de lo aparente y de lo que se ve con los ojos?
Hoy elijo no contestar a las preguntas ni dar mi opinión. Simplemente prefiero invitar al lector a cuestionarse… y encontrar sus propias respuestas. ¡Y también a ver la película!
1 Response to "El destino y el libre albedrío"
Si no existe el libre albedrío no existe el mérito ni la culpa. Pero, paradojicamente, si todo está determinado también lo está le creencia en el libre albedrío.