En las naciones industrializadas ahora vivimos más años…. Pero en estados peores en muchos casos en cuanto a la salud mental, física y espiritual. Cada vez hay más gente adicta a los medicamentos y las drogas legales para poder hacer la vida llevadera. Mientras la calmada desesperación aumenta, la mayoría prefiera anestesiarse o distraerse para no enfrentarse a lo que está sucediendo en sus vidas y en el mundo… porque simplemente asusta.

No obstante, hemos venido a la tierra para ser conscientes, para desarrollarnos como seres humanos, para aportar nuestra diferencia y nuestro granito de arena dedicado a hacer un mundo mejor…

Para ello necesitamos claridad y determinación con el fin de realizar las cosas de otra manera.

¿Qué podemos hacer concretamente?

  • Reducir el tiempo frente al televisor y evitar cualquier tipo de sugestión hipnótica hacia la medicación.
  • Tirar o dejar de utilizar las medicinas que de verdad no necesitas. Cuestiónate las que realmente te son necesarias, pues los componentes químicos son muy perjudiciales, enmascaran las causas y producen desequilibrios y efectos secundarios graves (Lee la entrevista del Dr. Joan-Ramón Laporte)
  • Elimina tanto como puedas todo tipo de alimentos sintéticos que provocan desarmonías en el organismo. Esto también incluyen las vitaminas y suplementos químicos
  • Considera métodos alternativos más holísticos como el yoga, la osteopatía, el reiki, la homeopatía, salir a la naturaleza a regenerarse…
  • Si tienes un resfriado o la gripe, descansa. No existe medicación que lo prevenga y nuestra manía de borrar los signos de cansancio y molestias hacen que las farmacéuticas se hagan millonarias a nuestra costa
  • Si estás nervioso o irritable, es que en tu vida no hay equilibrio. Más que entumecerte con sedación y antidepresivos, ten la valentía de explorar las causas. Sube a la montaña, camina en un bosque, disfruta más, medita, juega…

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