La vida es una aventura complicada, llena de percances, sorpresas, obstáculos y lecciones. A menudo aspiramos a la seguridad y al control, pero la experiencia nos demuestra que no es algo que dure mucho tiempo. Las oportunidades se escapan, los planes se tuercen, nuestras expectativas no se cumplen… No es fácil seguir motivado y optimista en un mundo en continua mutación que no se pliega a nuestros deseos. Estar en esta tierra es todo un reto.

A veces nos levantamos por las mañanas con ganas y tranquilidad, pero pronto hay alguna noticia, un email que leemos, una llamada al llegar a la oficina, un contratiempo con el que no contábamos que nos empuja, y enseguida perdemos la tranquilidad. De lo más normal. Lo importante no es cuántas veces caemos, sino la velocidad con la que nos levantamos. Entrenarnos con las cosas pequeñas, con los percances de la vida diaria, superar los pequeños reveses nos prepara para las grandes adversidades de las que nadie se libra. Lo esencial no es permanecer impasible, sino que ser capaz de sobreponerse con rapidez y sin aferrarse a las circunstancias. De ello depende nuestra felicidad.

    1 Response to "Caerse y levantarse de nuevo"

    • carlos

      Rápido, sencillo y sincero. Bra-vo

      Muchas gracias 🙂

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